Un socio del sector me contó hace poco una historia de terror que podría ocurrirle a cualquiera que opere en un entorno de red híbrido. Uno de sus antiguos empleados tenía una instancia EC2 que había puesto en marcha con fines de prueba y pagó las cuotas iniciales con créditos de Amazon, algo que la mayoría de nosotros habría hecho. Sin embargo, este empleado dejó la empresa y no les informó de la instancia. Avancemos dos años y hubo una factura sustancial que se dirigió a esta empresa.

Crear un entorno de red híbrido tiene muchas ventajas, pero historias como ésta son habituales cuando no deberían serlo. La cuestión con el problema anterior es que había poca visibilidad de los activos empresariales, la empresa no conocía los activos sobre los que tenía control y esto crea vulnerabilidades, de seguridad o financieras. Convertir este pasivo en un activo puede ser un proyecto sencillo y rentable para equipos de cualquier tamaño.

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