La gestión de activos y configuraciones es una parte vital de las operaciones de red. Con entornos de red complejos y en constante cambio, garantizar configuraciones coherentes de hardware, software y dispositivos puede minimizar en gran medida la variabilidad y reducir los riesgos relacionados con la seguridad y la disponibilidad. La automatización puede cambiar las reglas del juego en este contexto, simplificando las tareas de gestión de activos y configuraciones en un centro de operaciones de red (NOC).

Para empezar, es esencial disponer de una visión completa de la configuración del inventario de dispositivos. Garantizar que todos los dispositivos ejecutan versiones de software y hardware conformes puede reducir significativamente la variabilidad de la configuración. Herramientas como Open-Audit Baselines de FirstWave o el motor de cumplimiento más completo opConfig pueden automatizar estas comprobaciones, proporcionando una visión clara de la gestión de la configuración de activos.

A continuación viene el reto de gestionar las configuraciones de los dispositivos de forma coherente. Esto se puede conseguir documentando e importando los estándares de configuración de la organización en una herramienta de configuración como opConfig. Con estas plantillas cargadas, pueden establecerse tareas automatizadas para realizar copias de seguridad periódicas de las configuraciones de los dispositivos, detectar y comparar los cambios de configuración y alertar cuando se detecten cambios. Este enfoque proactivo puede garantizar que no se realicen cambios en la configuración sin correlacionarlos con eventos relevantes.

Se pueden realizar comprobaciones de conformidad programadas para garantizar que las configuraciones de los dispositivos se ajustan a las políticas y normas definidas por la empresa. Cualquier incumplimiento detectado puede corregirse automáticamente. Aunque este enfoque tiene el potencial de mejorar enormemente la eficiencia, hay que tener cuidado. Debido al potencial de problemas relacionados con cambios incontrolados (¿recuerda la estadística del 80% de incidentes?), es importante realizar un seguimiento de estas correcciones a través del proceso de gestión de cambios.

Por último, se puede aprovechar la automatización para enviar configuraciones nuevas o modificadas a los dispositivos, sobre todo cuando hay que hacerlo en masa o cuando se añaden nuevos dispositivos a la red. Esto no sólo ahorra mano de obra, sino que también reduce el riesgo de errores asociados a los cambios manuales de configuración. Incluso estos cambios de configuración estándar deben registrarse y rastrearse utilizando el proceso de gestión de cambios para mantener un registro preciso de todos los cambios realizados.

En resumen, la automatización puede mejorar enormemente la gestión de activos y configuraciones en un NOC. Desde garantizar el cumplimiento de las normas de configuración hasta detectar y rectificar los incumplimientos, la automatización puede reducir el riesgo de problemas derivados de configuraciones incoherentes. Al garantizar la coherencia en toda la red, la automatización puede ayudar a mejorar el rendimiento y la fiabilidad de la red, reducir los riesgos de seguridad y disponibilidad y, en última instancia, ofrecer un mejor servicio a los clientes internos y externos. Así pues, adoptar la automatización en la gestión de activos y configuraciones puede ser un paso importante hacia un NOC más eficiente, eficaz y resistente.

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